—Buenos días.
—Buenos días, señora. ¿En qué puedo ayudarle?
—Verá, estoy buscando algo que olvidé.
—Muy bien, ¿puede decirme cuándo ocurrió?
—La verdad es que no lo recuerdo bien. Fue hace mucho tiempo.
—¿Tiene idea de cuánto tiempo, aunque sea aproximado?
—Yo diría que hace más de diez años.
—Bueno, eso lo va a hacer difícil, pero vamos a intentarlo. ¿Puede describirme lo que perdió y dónde cree que lo extravió?
—Ahora me es imposible recordar el lugar exacto. Fue en una marquesina de autobús y en ese momento había un anuncio de colonia.
—Bueno, bueno. En una marquesina de autobús. ¿Y qué ha extraviado exactamente?
—Verá, ese es el problema. Sé que he olvidado algo importante y que esto ocurrió hace más de diez años, pero soy incapaz de recordar qué es.
—¿No sabe qué ha perdido? ¿Quizá las llaves, el móvil, un paraguas...?
—No, eso no es importante. Eso es prescindible. Creo que olvidé decir algo. Puede que olvidara decir «te quiero» a mi marido. O decir «abrígate bien» a mi hija. Algo así.
—¿Y es ahora cuando quiere solucionarlo?
—Verá, hasta ahora no he podido. Me perdí, ¿sabe usted? Cogí un autobús y no regresé a casa. No volví ese día, tampoco el siguiente. Hubo un momento en que ya no supe cómo volver. Y ahora que lo he averiguado, quiero recordar qué fue lo que hice mal.
—Señora, me temo que no puedo ayudarle.
—¿No puede?
—No, lo que usted busca no se encuentra aquí.
—Entonces, ¿qué debo hacer?
—Yo le sugeriría volver a coger el autobús, en dirección contraria.
—¿Ya está? ¿Eso es todo?
—Sí, señora. A veces, cuando el camino se desanda, se vuelve a recuperar lo perdido.
Cuando perdemos cosas inmateriales es muy difícil, por no decir imposible, recuperarlas, pero desandando el camino quizá encontremos la oportunidad para enmendar nuestros errores.
ResponderEliminarUn relato muy bien tejido y con un profundo sentido de lo que es, a veces, la vida.
Gracias al Tintero de Oro he podido disfrutar de esta lectura.
Saludos y suerte en el concurso.
Muchas gracias por tu tiempo para comentar, Josep 😊
EliminarUn relato dialogado y construido con maestría, que pone el acento en lo importante de la vida. Me gusta su lenguaje sencillo y certero. Me ha parecido genial. Aunque a veces la vida no nos da la oportunidad de recuperar lo perdido. ¡Enhorabuena, Rocío, y mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu tiempo para comentar, Pilar. 😊
EliminarFantástico, Rocío. Es muy difícil construir un relato en forma de diálogo y te ha quedado genial. Mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarHermoso mensaje que transmites con tu relato, Rocío. Aunque no se pueda caminar hacia atrás, siempre hay una oportunidad para desandar el camino y enmendar los errores cometidos. Suerte en el concurso. Un saludo.
EliminarMuchas gracias por tu tiempo para comentar, Carmen 😊
EliminarMuchas gracias por tu tiempo para comentar, Marta. 😊
EliminarEsta funcionaria sabe hacer bien su trabajo desde luego, eficiente y buena consejera. Y es que es cierto, a veces toca desandar lo andado para volver a encontrarse. Suerte en el Tintero Rocío, y feliz año!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu tiempo para comentar, Jorge y feliz año. 😊
EliminarHermoso escrito y hermoso mensaje.
ResponderEliminarCuando vivimos "mecánicamente" estamos perdidos, como la protagonista de tu relato; es normal que desee recuperar la oportunidad de vivir "conscientemente".
Mis mejores deseos para el próximo año y para siempre.
Un abrazo
Muchas gracias por tu tiempo para comentar y tus deseos, Ana 😊
EliminarLlego hasta aquí gracias al estupendo concurso El tintero de oro, me ha gustado mucho leerte. Estupendo relato en forma de diálogo impregnado de una gran melancolía. Muy importante el admitir que uno ha hecho algo mal y querer arreglarlo o recuperarlo si aún se puede y nos dejan.
ResponderEliminarSuerte. Felices fiestas.
Certero comentario, Mer. Muchas gracias por tu tiempo. 😊
EliminarBonito!!! Hay veces que es necesario volver hacia atrás para poder seguir avanzando.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por tu tiempo para comentar, David. 😊
EliminarCierto, a veces toca desandar el camino para poder seguir. Buen relato que nos recuerda aquello que es importante.
ResponderEliminarSaludos y mucha suerte en el concurso.
Muchas gracias por tu tiempo para comentar, Conxita. 😊
EliminarHola, Rocío
ResponderEliminarMe gusta la metáfora que contiene tu introspectivo y lindo relato. El ser humano suele a olvidar las cosas más importantes de la vida.
!Suerte en el concurso!
!Feliz año nuevo!
Muchas gracias por tu tiempo para comentar, Yessy. 😊
EliminarHola Rocío, aquí me tienes desde el tintero, qué buena sensación deja este relato, no puede ser más claro en el mensaje, un diálogo y dos protagonistas, un presente y un pasado, la amabilidad y el olvido. Nunca es tarde para un buen consejo, para un encuentro. Gracias, despedir el año leyendo algo así merece la pena, de verdad. Un abrazo y feliz año nuevo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus comentarios, Emerencia. ��
EliminarMuchísimas gracias a todos por vuestros comentarios y el esfuerzo de dejarlos. Sois increíbles. Feliz 2018 a todos, con más letras si es posible.
ResponderEliminarHola Rocío, me ha encantado el diálogo. No es sencillo poder construir una historia con diálogos, sobre todo si son cortos y sencillos, pero tú lo has logrado con maestría y con el agregado de dejarnos una enseñanza de vida al final del mismo. Muchas felicitaciones. Te deseo mucha suerte en el concurso del tintero.
ResponderEliminarAriel
Muchas gracias por tu tiempo para comentar, R. Ariel. 😊 Todo un honor.
EliminarHola, Rocío.
ResponderEliminarCon tu magnífico relato has puesto un precioso broche de oro en las participaciones de este nuevo "Tintero". ¿Tengo que añadir que me ha gustado mucho? En verdad éste texto dialogado en su totalidad desprende ternura y calma, sobre todo por parte de esa educada y paciente persona que atiende en la ventanilla (supongo), ojalá todas fueran así...
Te deseo mucha suerte en el concurso y un muy feliz año 2018.
Un abrazo.
Muchísimas gracias por tu tiempo para comentar, Patxi 😊
EliminarHola Rocío, has resuelto este trabajo a golpe de diálogos, y bajo ese tono ligero hay el trasfondo de las “cosas” perdidas en el camino de la vida. No siempre es posible desandar el camino, pese al consejo de la empleada de la oficina, pero un perdona, o un te quiero dicho aunque sea a destiempo ayuda a estar relativamente en paz con uno mismo.
ResponderEliminarAyyy… que me he puesto seria, y solo quería decirte Rocío que me ha gustado tu aporte.
Feliz año compañera y suerte en el Tintero.
Mil gracias, Tara, por tu tiempo para comentar y tus palabras. 😙
EliminarUna sorprendente forma de narrar, te felicito. Consigues que el lector esté en todo momento intrigado (es de lo que se trata). Nunca se sabe si lo que se dejó atrás merece la pena o no. A veces, hay que volver página. Y olvidar.
ResponderEliminarSuerte en el "Tintero de Oro". Un abrazo literario.
¡Muchas gracias por tu tiempo para comentar! 😊
EliminarMe gusta...ba el relato, me lo echó a perder esta frase : «Puede que olvidara decir «te quiero» a mi marido. O decir «abrígate bien» a mi hija. Algo así.»
ResponderEliminarNo hay duda que está ahí metida por “orden” de la autora y ante eso, toca callar la boca. Pero cuando el lector tiquismiquis se deja llevar por una narradora como la que aparece de mano en el relato, con esa soltura, libertad y “savoir faire”, tolera mal interrupciones moralizantes con cierto olor a naftalina.
Me encanta el relato sin esa frase, y si no queda más remedio esos dos personajes (marido e hija) deberían personalizarse, pero como eso como personajes del relato y no personas reales.
Naturalmente es mi despreciable opinión como cualquier otra.
Gracias por el trabajo
Muchas gracias por tu tiempo para comentar, Don. 😊 Tendré en cuenta todas las observaciones.
EliminarHola Rocío, un relato construido con dialogos entre los dos personajes. No es nada fácil y logras llevar al lector atento al desenlace. Ay ¡Quién pudiera desandar el camino para recuperar lo perdido! Para mi una bonita utopía.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias por tu tiempo para comentar, Mirta, y por tus palabras. 😊
EliminarRocio un buen dialogo para encontrar lo perdido y desandar el camino de la conciencia. ¡Suerte en el concurso! Feliz año Nuevo! Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias por tus deseos, María del Carmen 😀
EliminarMuchas gracias por tus deseos, María del Carmen 😀
Eliminarwow! Rocío, es muy bueno. Se me ha encogido el corazón y casi me da algo la contestación del hombre. Es de esos textos que los lees y nunca deja de darte ese buen sabor de boca. Mucha suerte en el concurso. Un gran saludo!!
ResponderEliminarRocío, me encantó tu texto, breve, poderoso, con su toque perfecto de fantasía, sencillo y con esa fuerza absoluta al final.
ResponderEliminarSobre todo me gustó la idea de esta oficina de cosas perdidas que no son solo cosas, sino que brinda la oportunidad de recuperar sueños, ideas, sentimientos etc.
Un placer leerte, gracias por estas letras :)
Suerte en el concurso y que venga un gran 2018!!
¡Muy bueno, jejeej! Ese consejo final es apoteósico. Tiene más razón que un santo. Las soluciones sencillas son las más efectivas, sin duda.
ResponderEliminarBuen trabajo.
Suerte en el concurso.
Un abrazo.
No siempre (como bien dices, "a veces") se encuentra lo perdido volviendo atrás, tanto lo físico como lo que no lo es. Mucho tiempo ha pasado pero más vale recuperarlo tarde que nunca.
ResponderEliminar¡Suerte en el concurso El Tintero de Oro, Rocío!
Un beso
Muchas gracias Karen, Diana, Jean Ives y Chelo. Sé muy bien cuánto cuesta encontrar tiempo para comentar y habéis sido muy benévolos con mi relato.
ResponderEliminarAbrazos grandes.
A veces es algo tan simple como recorrer el camino en sentido inverso, pero otras veces, como en este caso me temo, el asunto no tiene solución. hay cosas que se dicen en su momento o luego ya es tarde.
ResponderEliminarMuy bueno, Rocío. Mucha suerte.
Un beso.
¡Gracias, Rosa! Besos y suerte.
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